domingo, 20 de diciembre de 2009
¡¡¡FeLiZ NaViDaD!!!
La Navidad nos hace más sencillos, tiernos y también más niños. Así es, porque deseamos lo mismo que ellos: cariño, protección, fiesta, tiempo para jugar y charlar. Los niños son las
indiscutibles de la Navidad, una época mágica que viven con mucha ilusión.
Todos los padres recordamos la ilusión que sentíamos de niños cuando se acercaba la Navidad. Ahora son nuestros hijos quienes toman el relevo y nosotros los que disfrutamos de su entusiasmo. Por eso os deseo que paseis una
martes, 8 de diciembre de 2009
10 CLAVES PARA LA EDUCACIÓN DE TUS HIJOS
10 CLAVES PARA LA EDUCACIÓN DE TUS HIJOS
1 Los padres deben educar la voluntad de los hijos y sus sentimientos. Preparar a un hijo para la vida no es satisfacer todas sus voluntades y todos sus caprichos.
Enseña a tu hijo a renunciar y a oír "no".
No impongas la renuncia, pero llévalo a aceptarla libremente.
Señala la razón del renunciar, su valor y necesidad para la vida.
Si no aprende ahora a decir no a lo permitido, luego no sabrá decir no a lo prohibido.
El exceso de mimos echa a perder a los niños; los hijos muy mimados sufren mucho en la vida. Vivirán siempre alterados e inseguros.
El exceso de mimos y de censuras, críticas y castigos es la principal causa de inseguridad en los jóvenes. Los grandes hombres de la historia soportaron pruebas y privaciones en la vida. Poco se puede esperar de los hombres que nunca supieron lo que son privaciones, renuncias y sacrificios.
Los que reciben todo en la infancia no sabrán dar nada como adultos.
2 La cólera es nociva para la educación de los hijos. La ira nos lleva a decir palabras sin pensar y a actuar irreflexivamente.
El hablar sin pensar y el actuar sin reflexionar pueden lastimar, herir, ofender y llevar a cometer injusticias.
Habla con tu hijo con calma y ten actitudes ponderadas.
La cólera, la ira, la falta de dominio pueden hacer que se cometan desatinos.
Muchos padres, llevados por la ira del momento, hieren el corazón de los hijos con palabras semejantes a éstas:
"Tú no sirves para nada." "Maldita la hora en que te engendré." "Tú eres la vergüenza de la familia." "Tú no vales nada." "¡Tú eres un hijo indigno! "
Después, cuando estás en calma, reflexionas y te arrepientes. Pero será demasiado tarde. Las palabras ya fueron dichas y el corazón de tu hijo ya fue herido.
Piensa antes de hablar y reflexiona antes de actuar.
A un corazón herido siempre le queda una cicatriz.
No hables sin pensar y sin medir el alcance de tus palabras.
No hagas un gesto sin medir las consecuenclas.
Tu hijo es un tesoro que merece todo el amor, respeto y cariño; es un tesoro de la vida entregado en las manos de los padres.
3 El secreto que un hijo confía al padre o a la madre debe ser como una piedra lanzada al mar. Se esconde en el fondo, nadie la ve, descubre, conoce.
Sé siempre discreto, guarda en lo profundo del corazón el secreto de tu hijo. La confianza, una vez. perdida, difícilmente se recupera.
Un joven comienza a desorientarse desde el momento en que pierde la confianza en sus padres. Mientras los hijos confíen en los padres, tendrán siempre una luz que los ilumine, una guía que los conduzca y, una brújula que los oriente.
4 La mejor escuela de la vida es el ejemplo de los padres. Los hijos precisan más los ejemplos que las enseñanzas.
Los padres no les pueden exigir virtudes y cualidades que ellos no tienen. Vigilando sus propias obras, los padres estarán construyendo la moral de sus hijos. ¿Qué ejemplos les das? ¿A ti te gustaría que tus hijos hicieran lo que tú haces?
5 La misión de los padres es orientar, esclarecer, amar, comprender, incentivar. Actuar así es darle la oportunidad a tu hijo para que se afirme en la vida. El amor que los hijos reciben de los padres y la confianza que éstos depositan en ellos es para los jóvenes un seguro amparo de vida.
6 El desahogarse es una necesidad psicológica de toda persona. Tu hijo muchas veces está psicológicarnente agobiado y siente la necesidad de desahogarse. Precisa decir lo que siente.
Escucha con paciencia y benevolencia su desafío, aunque hable en forma agresiva e irritada.
Aprende a escuchar con paciencia y atención el desahogo de tu hijo y evitarás muchas discusiones, desavenencias y contrariedades.
Deja que tu hijo diga todo lo que siente y, cuando esté en calma, estará en condiciones de razonar y reconocer el error.
Comparte las dudas, angustias y problemas de tu hijo y él será tu amigo.
7 Saber escuchar en silencio es una virtud que los padres también deben tener. Antes de contradecír a tu hijo, escucha, analiza y trata de comprender lo que él quiere decir. Y después habla, pero con amor.
Cuando los padres se precipitan en responder o en contradecir al hijo, pueden cometer una injusticia o interpretar de modo incorrecto, y esto suscita la rebeldía del hijo.
Deja que tu hijo hable y oiga pacientemente, y sólo después habla, analiza, medita y dialoga con él.
Una persona irritada no está en condiciones de oír y comprender.
8 Deja que tu hija hable, sólo escucha. Después dialoga calma y serenamente con ella. Tal vez ella diga muchas cosas equivocadas, pero analizándolo bien encontraremos muchas verdades entre los errores.
Apreciar y valorizar lo bueno da mejores resultados que señalar y condenar de inmediato lo equivocado. A nadie le gusta ser refutado y censurado al instante.
Muchos padres no defienden la verdad, pero si sus puntos de vista para que prevalezcan sobre los puntos de vista de sus hijos.
El hijo no es un adversario a combatir, sino un amigo a conquistar. Y para conquistar nada mejor que saber oír.
9 Tu hijo precisa consejos y recomendaciones, pero deben ser bien dosificados, dados con amor y bondad. Una andanada de consejos y recomendaciones irrita y satura. El exceso, en lugar de producir efectos positivos, trae resultados negativos. Da a tu hijo los consejos más útiles y prácticos, no los más agradables. Dale un consejo como una sugerencia y no como una imposición.
10 ¡Cuántos jóvenes aún no descubrieron el verdadero sentido de la vida! Viven y no saben por qué. Estamos en este mundo para amar y hacer el bien, el amor nos une unos a otros y todos unidos amaremos a Dios. El amor siempre trae unidad y conlleva a hacer obras de bien. Una vida sin amor es una vida vacía y sin sentido.
La vida nos es dada para crecer siempre más en el amor y para engrandecernos a través de la práctica del bien.
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Educar no es sólo combatir el mal, señalar y censurar los errores; educar es sobre todo íncentivar el bien, impartir buenas costumbres, valorizar las buenas obras y estimular.
El exceso de críticas y de censuras elimina el incentivo y el deseo del bien. Pero apreciar y valorízar las cosas buenas estimula y anima a proseguir el camino del bien y a mejorar. El exceso de críticas y censuras lo vuelve inseguro, angustiado y alterado.
Señala con amor los errores de tu hijo, aprecia sus virtudes, incentiva el bien y valoriza sus buenas acciones.
Que la crítica, la censura y la reprensión sean siempre constructivas y no destructivas. Que sean siempre positivas y no negativas.
* Recordar errores pasados y ya perdonados, desestimula y desanima. No es agradable oír siempre la misma queja, oír siempre la misma melodía de las personas que persisten en tocar la misma tecla.
* Olvida los errores cometidos por tu hijo en el pasado, e incentiva el bien en el presente, valorizando sus buenas acciones, por pequeñas que sean.
* Y así, si él fuera malo, tratará de ser bueno, y si fuera bueno se esforzará para ser mejor.
jueves, 25 de junio de 2009
POEMA A MIS HIJOS
SÓLO POR HOY, EN LA MAÑANA, VOY A SONREIR CUANDO VEA TU ROSTRO Y REIR CUANDO TENGA GANAS DE LLORAR.
ASÍ AGRADECERÉ A DIOS POR TI Y NO LE PEDIRÉ NADA MÁS, EXCEPTO, UN DÍA MÁS.
JUEGA CON TU HIJO AL MENOS MEDIA HORA AL DÍA
Aunque evidentemente influyen muchos otros factores en la crianza de los hijos, establecer una estrecha relación con el niño a través de juego es un importante ingrediente.
Al menos media hora de juego cada día es la fórmula para construir una relación cercana y fuerte con el niño. Así lo asegura el psicólogo Lawrence J. Cohen, autor del best-seller ‘Playful parenting’ quien considera que el juego es un puente de entendimiento mutuo.
Para nosotros, los adultos, el juego es el descanso del trabajo, mientras que para los niños el juego es “su trabajo”. A través del juego aprenden, exploran el mundo, expresan sus emociones, se sociabilizan y aprenden a manejar las situaciones difíciles.
Jugando con ellos les acompañamos en ese proceso de descubrimiento del mundo y de ellos mismos. Es además una excelente manera de acercase a los hijos, de comprenderlos, de ponerse a su misma altura para aprender a entenderlos mejor. En definitiva, el juego es la mejor forma de conectar con ellos además de brindarles y recibir su cariño.
Diversos estudios han demostrado que las familias que han hecho del juego una base de unión con los hijos en la infancia han tenido menos problemas en la adolescencia.
Por eso, la próxima vez que vuelvas del trabajo y estés muy cansado para jugar al menos media hora con tu hijo piensa en lo enormemente beneficioso que es para ambos.
EL PRINCIPIO
sábado, 9 de mayo de 2009
Carta de un HIJO a todos los PADRES del mundo
A veces, sólo pido para ver hasta cuánto puedo coger.
No me grites.
Te respeto menos cuando lo haces; y me enseñas a gritar a mí también.
No me des siempre órdenes.
Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas,
yo lo haría más rápido y con más gusto.
Si me prometes un premio, dámelo; pero también si es un castigo.
No me compares con nadie,
especialmente con mi hermano o mi hermana.
Si tú me haces sentirme mejor que los demás, alguien va a sufrir;
y si me haces sentirme peor que los demás, seré yo quien sufra.
No cambies de opinión tan a menudo
sobre lo que debo hacer.
Déjame valerme por mí mismo.
No digas mentiras delante de mí,
ni me pidas que las diga por ti,
aunque sea para sacarte de un apuro.
Me haces sentirme mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo hago algo malo,
no me exijas que te diga el por qué lo hice.
A veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo, admítelo.
y crecerá la buena opinión que yo tengo de ti,
y así me enseñarás a admitir mis equivocaciones.
Trátame con la misma amabilidad y
cordialidad con que tratas a tus amigos.
Porque seamos familia no quiere decir que no podamos ser amigos también.
No me digas que haga una cosa si tu no la haces.
Yo aprenderé siempre lo que tú hagas, aunque no me lo digas,
pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
Cuando te cuente un problema mío,
no me digas "no tengo tiempo para bobadas",
o "eso no tiene importancia".
Trata de comprenderme y ayudarme.
Y quiéreme. Y dímelo.
A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.
Necesito sentirte mi amigo, mi compañero a toda hora.
La Familia
1. Regala tu deseo de buenos días al levantarte.
2.Comparte las tareas como labor de todos.
3.Despídete y saluda al entrar o salir de casa.
4.Interésate por la vida de los que viven contigo.
5.Cuenta e informa de tus cosas a los tuyos.
6.No ocultes tus sentimientos, buenos o malos.
7.Perdona tus errores y los de los demás.
8.Facilita el descanso y la vida de tu gente.
9.Solicita todo lo que necesites de ellos; es mejor que esperar en silencio a que lo adivinen.
10.La suma de las confidencias crean clima de familia.
11.Expresa el cariño y la ternura. Recuerda que vivís juntos porque os queréis. No temas demostrárselo.
12.No esperes a que tu familia se rompa para valorarla.
13.Fomenta encuentros y actividades comunes.
14.Recordad las fechas importantes y celebradlas.
15.Haz regalos, aunque sean mínimos, cualquier día es bueno.
16.Escribe, de vez en cuando, una nota o una carta a los tuyos. Gustan y se pueden leer muchas veces.
17.Regala tu sonrisa. Que te duré más que los “morros”.
18.Di más lo positivo que lo negativo. Todo es verdad.
19.Acoge, agradece, disfruta. Quéjate poco.
20.Que no se te quede ninguna palabra por decir o cariño por expresar. Sé feliz en familia hoy.